Narrativa/Ciencia ficción/803 palabras.
Harunna había nacido en la Tierra, en el año 2214, en una de las ciento trece ciudades con más de 30 millones de habitantes.
Un mundo de superpoblación desenfrenada que provocaba en los seres humanos una sensación de insignificancia y temor constante. Las leyes habían dejado de ser flexibles y la tolerancia era algo olvidado. El que la hace la paga, era un lema internacional. La pena de muerte había sido sustituida por algo novedoso y posiblemente igual de cruel: Convertir el reo en un humano biónico. Su cerebro, consciencia incluida, claro, era depositado en una máquina que trabajaría para la sociedad. Podría sentir incluso placeres programados, pero no sería ni libre ni independiente.
La ciencia y la tecnología habían conseguido unos avances impensables tiempo atrás. De modo muy especial después de aquel episodio en que tres virus distintos habían conseguido penetrar en células humanas en un periodo de tan solo 40 días. Si bien no se trataba de virulencias terminales, las consecuencias de esas infecciones motivaron la investigación, acelerando el perfeccionamiento de los editores genéticos hasta niveles que ni siquiera se habían imaginado décadas antes. Crear un órgano y reponerlo en el cuerpo de un paciente, era lo más corriente en cirugía.
El Código Deontológico ya no se parecía al de solo dos siglos atrás, pero aun así se mantenía, por ejemplo, la prohibición de reponer un cuerpo, más allá de cuatro órganos. La tecnología permitía inclusive la totalidad del cuerpo; dicho de otro modo, era posible trasladar una cabeza a un nuevo cuerpo, pero estaba terminantemente prohibido.
La NASA, había desaparecido y su lugar lo ocupaba una evolucionada IASA (International Aeronautics and Space Administration). Y en aquel mundo superpoblado a punto de alcanzar los 20.000 millones de humanos, su programa estrella se llama Terrabis. (Tierra Bis)
Terrabis es ambicioso y solo tiene un propósito: Hacer posible la continuidad de la especie, ocurra lo que ocurra en nuestro planeta. Terrabis tiene la pretensión de enviar un grupo de parejas humanas "modificados" hasta el exoplaneta Kepler-22b a seiscientos años luz de nuestro mundo.
Harunna, líder de la expedición, lleva años preparándose y por muy extraño que pueda parecernos, se trata de algo vocacional y desde niña. Estudios avanzados y una preparación paulatina para ir perdiendo su cuerpo y adaptando su mente. Pero antes, escogerá su pareja, con la cual tendrá dos hijos, con los que apenas convivirá poco más de un año. Entonces la prole, será entregada a la hermana de Harunna.
El mismo proceso de adaptación psico-corporal, tiene lugar con Karmán, el compañero escogido y al cual conoció en su tierna adolescencia. Tiene su misma edad.
Y el programa se encamina a que su matrimonio no solo sea una unión convencional. En su proceso hacia la condición de ciborgs, sus cerebros, sin perder su propia individualidad, trabajarán juntos y compartirán aquello que sustituye sus cuerpos y que podemos entender como los «periféricos» de un ordenador biológico. Periféricos que llegan incluso hasta el vehículo que los transportará y con el cual trabajarán en Terrabis.
Con ellos, perfectamente congelados y resguardados, viajarán, (además de cinco parejas más en estado suspendido permanente), una cantidad de óvulos y esperma, previamente seleccionados de unidades genéticas consideradas óptimas. Máquinas gestadoras harán posibles nuevos individuos igualmente biónicos, sin un cuerpo mamífero y bípedo. Cerebros que serán depositados en unidades semirobóticas cuya misión es «terraformar» Kepler 22b para hacer posible la habitabilidad.
Harunna y Karmán harán el viaje en estado de vitalidad suspendida, pero al contrario de las otras parejas, despertarán periódicamente para realizar diferentes tareas programadas.
- 14 de abril de 2240. - Harunna y Karmán tienen dos hijos gemelos.
- 7 de febrero de 2241 - Los hijos de la pareja, son entregados a la hermana e inician el proceso de "descorporización" y adaptación psicológica.
- 20 de agosto de 2244 - El Instituto para la Ética Extraplanetaria responsable de la revisión de los procedimientos, decide que una vez parta la misión, jamás se intentará contactar ni indagar sobre los resultados. La humanidad se limitará a tomar una posición pasiva y de espera de noticias y resultados, los cuales no son posibles hasta como mínimo 1200 años o más.
- 1 de marzo 2245 - El mundo permanece expectante mientras la misión parte hacia el asentamiento lunar, desde el cual despegarán unos días después en busca del agujero de gusano que posibilitará su desplazamiento hasta el sistema estelar Kepler.
- 7 de marzo 2245 - La misión finalmente comienza su largo viaje.
Año 3615:
Una colonia terrícola en Marte, recibe la visita de viajeros interestelares que dicen encaminarse hacia la Tierra, procedentes de Terrabis Kepler. Son esbeltos y más altos de lo normal. Todos alcanzan los 220 cm. y como único rasgo diferencial tienen seis dedos en cada mano. Con ellos viajan también otros seres que ellos califican de hermanos. Son claramente ciborgs y de menor estatura.
Las autoridades han puesto en marcha un protocolo de acompañamiento hasta la Tierra. No llevan arma alguna.