2/1/23

Atardecer


 Algo tiene la puesta de sol. Algo tiene. Algo que despierta en mi interior esa emoción ancestral que invita al recogimiento. Algo que recuerda la finitud de las cosas, la finitud de la vida, la transitoriedad de todo, nuestra impermanencia.  La magia de la luz no puede acallar el grito de las ausencias. Desde los pájaros que vuelan nerviosos en busca de sus refugios arbóreos, hasta el vacío que provoca la oscuridad creciente. Vaporosas nubes que parecen acariciar esa esfera de fuego que se retira sin la promesa de volver a pesar de que siempre hay un mañana. ¿Siempre?

El atardecer tiene tintes de presagio. ¡Ay de aquel que no lo escucha! 
Y mientras la estrella se oculta, el viento se calma y el silencio levanta la voz. Es tiempo de quietud, de reflexión. De agradecimiento.




Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada