18/9/21

Angustia climática

 


El periodista estaba realizando su investigación de campo. Con su coraje como arma profesional, se atrevía a preguntar a las franjas de edad que más le interesaba. Aquellas que verían, porque tenían el tiempo a su favor, la llegada de esa cadena de aconteceres que llamamos futuro. Sí; porque podemos llegar a proponer una fecha concreta como futuro. Pero ¿acaso no es futuro, el momento que marcará tu reloj, una hora después.

Esos futuros, a unos les parecían más próximos y a otros se les antojaba un horizonte lejano y desdibujado. Pero la mayoría lo veían oscuro.

Y el periodista tomó nota de aquellas manifestaciones, quizás un poco más sinceradas por la espumas de las jarras de cerveza o por esa alegría momentánea que surge cuando la juventud se agrupa. Pero sus escenarios no siempre eran festivos. Las notas de campo se tomaban en botellones, pero también en alguna superficie comercial o en los parques; también en la playa, en la cafetería de la biblioteca pública, en un salón de máquinas recreativas o incluso en una galería de arte.

Después de un par de semanas, nuestro redactor, tenía material más que suficiente como para concluir y pasar a la fase de redacción del artículo a publicar. Empezó por titular y subtítulos. Más abajo quiso listar algunos síntomas que consideró subrayables. De este modo compuso su maqueta:

Nuestra juventud enferma, más que madura.
El estrés postraumático alcanza valores equiparables a los bélicos.
La falta de oportunidades, la ausencia de perspectivas laborales y el deterioro de la sociedad; su gran preocupación.
Se añade la situación pandémico que resulta en una visión distópica del mañana.

Una mayoría de jóvenes, de edades entre 18 y 35 años
sufren "angustia climática"
 


No creo en la política, ni en los políticos •• Usted, ¿de verdad cree que manda el Gobierno? •• En los tres últimos años solo he trabajado un total de onces meses en cinco empresas distintas. •• Se quejan de los botellones, pero yo me asombro de que no andemos pegando fuego. •• Quise independizarme de mis padres y vivo en una jaula de locas con tres chicas más; un día saldremos en las noticias por asesinato. •• Lloro algunas noches, porque me gustaría tener un hijo, pero ¿a que mundo le obligo a llegar? •• No; yo renuncio a mi instinto materno y no tendré hijos que vivan climas extremos, sed, catástrofes y miseria. •• Oye, tu que preguntas tanto; a ver ¿Quiénes han sido los gilipollas que se lo han cargado todo? •• Antes me gustaban las películas y novelas distópicas; ahora las odio...

El periodista, sigue reflejando algunas respuestas más y sigue con su maqueta borrador para pasar a un extenso artículo sobre sus conclusiones, pero -esta parte- la podemos dejar de lado y llenarla con nuestras propias reflexiones. 
Estás invitado.




4 comentaris:

  1. Les estamos escondiendo el pasado y cerrándole todos los caminos al futuro.
    Su angustia no es solo climática.

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  2. Respostes
    1. Ignoro como reaccionaríamos tu o yo o cualquiera de nuestra edad, que no fuimos criados entre algodones, si cuando fuimos jóvenes hubiéramos tenido un horizonte tan gris e incierto.

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  3. Y lo más sorprendente es que con todo ese lastre, todavía sonríen.
    Saludoss

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