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El periodista estaba realizando su investigación de campo. Con su coraje como arma profesional, se atrevía a preguntar a las franjas de edad que más le interesaba. Aquellas que verían, porque tenían el tiempo a su favor, la llegada de esa cadena de aconteceres que llamamos futuro. Sí; porque podemos llegar a proponer una fecha concreta como futuro. Pero ¿acaso no es futuro, el momento que marcará tu reloj, una hora después.
Esos futuros, a unos les parecían más próximos y a otros se les antojaba un horizonte lejano y desdibujado. Pero la mayoría lo veían oscuro.
Nuestra juventud enferma, más que madura.
El estrés postraumático alcanza valores equiparables a los bélicos.
La falta de oportunidades, la ausencia de perspectivas laborales y el deterioro de la sociedad; su gran preocupación.
Se añade la situación pandémico que resulta en una visión distópica del mañana.
Una mayoría de jóvenes, de edades entre 18 y 35 años
sufren "angustia climática"
El periodista, sigue reflejando algunas respuestas más y sigue con su maqueta borrador para pasar a un extenso artículo sobre sus conclusiones, pero -esta parte- la podemos dejar de lado y llenarla con nuestras propias reflexiones.
Estás invitado.
Les estamos escondiendo el pasado y cerrándole todos los caminos al futuro.
ResponderEliminarSu angustia no es solo climática.
No se puede criar entre algodones.
ResponderEliminarIgnoro como reaccionaríamos tu o yo o cualquiera de nuestra edad, que no fuimos criados entre algodones, si cuando fuimos jóvenes hubiéramos tenido un horizonte tan gris e incierto.
EliminarY lo más sorprendente es que con todo ese lastre, todavía sonríen.
ResponderEliminarSaludoss