24/8/23

Viernes y veinticinco

Veo banderas ucranianas por doquier.
Y con no pocos sudores, hemos llegado al viernes. Viernes y veinticinco; fecha señalada para cualquier jubilado que verá ingresada su paga en la cuenta corriente. Después de preparar los caramelos (medicación) del día, desayunar un primer café y el resto del ritual mañanero, el primer gesto es observar el barómetro. Un barómetro de los que no necesitan pilas, ni nada parecido. Dos golpecitos en el cristal para que la aguja de medida salte a la posición correcta y así se puede comparar con la otra aguja que sirve para memorizar la última o anterior lectura. A esta hora indica una presión de 1004 hPa. Se supone que las próximas doce horas veremos bajar la presión atmosférica, y a la par irán creciendo nubes, y con suerte precipitarán una lluvia que ya se ha convertido en aquello del oscuro objeto del deseo.

Imagino que otra presión que ya viene bajando de forma considerable, es la presión testicular de Rubiales que ya puede constatar de forma clara y evidente que son muy pocos los que están dispuestos apoyarle en su intento de permanecer en el cargo. El macho alfa de la federación, ya no se agarrará los testículos para otra cosa que no sea  procurar evitar un desinflamiento súbito y quizás doloroso.
Uno de los calificativos que ha recibido estos días, me parece poco afortunado, aunque se entiende: cavernícola. Seguramente algún paleo-antropólogo elevaría los brazos, escandalizado por la razón de que todo parece indicar que relacionar a nuestros ancestros con conductas salvajes, es un error. En este sentido, yo también soy de los que piensan que cuanto más civilizados, más incivilizados nos volvemos.
Ahí está Putin, para demostrarlo.
En cualquier caso, miraremos de aprovechar un fin de semana que llega con la promesa de un descanso térmico y la munificencia de las nubes. Por cierto: Evitad los charcos en vuestros balcones y terrazas. Evitad las aguas estancadas en macetas y cosas parecidas. Los tigres con alas, amenazan. Y no me refiero a los "populares" tratando de picar algún que otro tránsfuga.

Al otro lado del charco, alguien debería aprender a encuadrar una foto por muy que sea una foto policial. El amigo Trump ya tiene algo más en común con docenas de mafiosos: una foto en los archivos.

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