Este pino despanzurrado fué "rescatado" de entre unas rocas graníticas cerca del Santuari de la Mare de Déu d'Argimont a pocos kilómetros de Sta. Coloma de Farners (Girona).
Costó unos cuantos sudores, apañarlo, conservando la mayor parte posible de sus raíces. La verdad es que tengo pocas esperanzas de poder formarlo, ahora que ha pasado la prueba del algodón de la superviviencia (que no es otra cosa que ver como se siente cómodo en una maceta y brota cada año).
El problema es que estos pinos hacen sus agujas muy lejos del tronco principal. Al contrario de lo que ocurre con el pino negro japonés. Lo llamamos el pino de la pandemia, porque poco después de llevarlo a casa explotó el tema de la Covid.
Este es su lugar de nacimiento:
Y esto es lo que muy probablemente no alcanzará a ser nunca en su puñetera vida.
Un bonsai de los llamados de estilo literario (Bunjin o bunjingi):
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