Sus nombres son Mizaru 🙈 «no ver», Iwazaru 🙊 «no hablar» y Kikazaru 🙉 «no oír».
Son conocidos como los «tres monos sabios» o «tres monos místicos» dentro de la cultura japonesa.
Su origen está representado por figuras hechas de madera por el escultor y ebanista Hidari Jingorō (1594 – 1634). Estas estatuillas se encontraban sobre en los templos sagrados del santuario Toshogu, ubicado en Nikko al norte de Tokio, (Japón).
Fueron dedicados al antiguo gobernante Shogun Tokugawa Ieyasu, quien es recordado como un hombre sabio y honorable.
Los emojis de monitos representan los «tres monos sabios» del Japón y uno de sus significados más común se refiere a la sumisión de los ciudadanos ante el sistema que gobierna a los pueblos.
La historia de estos monos alude al proverbio chino que significa «no ver el mal», «no hablar del mal» y «no oír el mal». Estos dichos nacieron del código chino del santai; una filosofía que promovía la moral y las buenas conductas con el uso de los tres sentidos «ver, oír, hablar». Posteriormente, el código se asoció con los tres monos y se volvió muy popular en los pueblos de Japón.
La enseñanza que nos deja la escultura en madera del santuario de Toshogu de los 3 monos sabios sigue inspirándonos a día de hoy.
Su mensaje original era sencillo: “no escuchar lo que te lleve a hacer malas acciones”, “no ver las malas acciones como algo natural” y “no hablar mal sin fundamento”.
Curiosamente, el tiempo y nuestra visión occidental simplificó un poco su enseñanza primigenia para quedarnos solo con el clásico “ver, oír y callar”. Un lema que incluso podemos encontrar en forma de emoticono en el whatsapp y que, de algún modo, tergiversa bastante la idea original e incluso el orden de las figuras representadas.
Otros creen que representan una forma de autodisciplina, consistente en autocontrolar nuestros pensamientos, palabras y acciones.
Lo que se desprende de esta historia es ante todo la necesidad de mantenernos siempre limpios de espíritu, evitando escuchar aquello que nos obligue a actuar de mala manera, a evitar hablar sin tener fundamento y a no ver las malas acciones como algo natural.
Existe un interesante paralelismo entre la leyenda de los tres monos sabios y los tres filtros de Sócrates.
En esta historia el filósofo griego explicaba cómo un alumno suyo llegó una mañana ansioso a su casa por contarle un rumor. Ante la impaciencia del joven, Sócrates le dijo que antes de revelarle la noticia debía pensar en tres filtros previos:
- ¿El rumor que vas a contarme ha sido contrastado? ¿es a tu juicio una verdad?
- ¿Lo que quieres explicarme es bueno?
- Por último, lo que vas a contarme ¿es realmente útil o necesario?
Estos tres filtros, como vemos, tienen mucho que ver con los perfiles que representa cada mono del templo de Toshogu.
Un texto de: Raúl Varela Barros
Director General de la Fundación Mundial de la Felicidad
(CEO at World Happiness Foundation)
(CEO at World Happiness Foundation)
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