¿Cuántos vasos de agua has bebido hoy?
Y lo has hecho despreocupadamente. Quizás en tu localidad, el agua que te ofrece el grifo es de un alto índice de potabilidad. Quizás no sea así y has consumido agua embotellada que tiene un precio entre moderado y asequible. Puede que incluso lo consideres un precio bajo, barato.
Te has duchado. Agua fría o caliente y te has lavado los dientes. ¡Felicidades! Eres una persona higiénica.
Ahora piensa, por favor, si además, eres una persona privilegiada. Piensa si hay muchos como tú entre los 8.000 millones que acabamos de alcanzar. Procura averiguar, más allá de los charlatanes, que supone (aparte de una sensación térmica menos agradable), que la temperatura global del planeta suba tan solo lo que se intenta no superar (y que por lo que se está viendo no se conseguirá). Supongamos que para 2050, la temperatura haya alcanzado un incremento de 1,5º. Es lo que la prospectiva considera como más probable, a pesar de que algo se ha empezado a mover en las consciencias de las gentes, que ya empieza a alzar la voz (y el puño) reclamando más decisión por parte de los que gobiernan.
Un grado y medio. Poco ¿verdad?
Pues tus hijos o nietos, (según la edad que tengas) o ambos. No lo tendrán tan cómodo. Muchos de los suministros de agua potable actuales, habrán hecho fallida, o tendrán que buscar los puntos de captación más lejos o de peor calidad. Deberán tratar mucho más el agua de boca. Será más cara. Igual ocurrirá con la embotellada.
Lugares donde ahora el agua fluye aunque sea a poca velocidad, serán entonces charcos de agua estancada, paraíso de insectos. Plagas inexistentes ahora, serán comunes en latitudes hasta ahora exentas de esa problemática. Bosques enteros enfermarán y a la postre verán incrementado su riesgo de incendios.
Ese grado y medio es suficiente como para que los países de nuestro mediterráneo sufran un cambio en la distribución de las lluvias, ocasionando cada vez catástrofes más frecuentes.
Y si te apetece, recuerda que:
Ese grado y medio, supone que en verano, el interior de tu casa, que este pasado verano probablemente alcanzó 30 o 32 grados, podrá alcanzar entonces, los 37 con facilidad.
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