Me parece un final demasiado triste como para poder resignarme.
Un bloguero veterano, con un cuerpo con tintes de ancianidad pero con una mente ágil y poderosa, nos dice adiós.
Explica de sus comienzos en aquella plataforma precursora, la Coctelera. Y eso supone muchos años tecleando entradas; todas ellas llenas de poesía, de sensibilidad y de belleza.
—Cada vez me cuesta más escribir y atenderos y lo último que quiero es repetirme y no poder cumplir con vuestra demostrada consideración y amistad.— nos dice con una, más que segura, tristeza.
Alguna razón más se queda entre líneas, seguro. Pero la alternativa que escoge a este tiempo de dedicación que demandan los blogs, a mi, me parece maravilloso: familia, lectura, música y el dolce far niente.
Esta última, me recuerda a la sexta acepción del vocablo catalán, "badar" Casi seguro que a eso se refiere el amigo; a "Abstreure's, encantar-se, mirant alguna cosa" (Abstraerse, encantarse, mirando algo) lo cual no tiene nada de estúpido, sino muy al contrario ya que en mentes sanas conduce a conocimientos poco comunes.
En cualquier caso, sean los que sean los motivos, es su decisión y es respetable por mucho que al menos a mi, me produzca ya solo con saberlo, un sentimiento de ausencia al que como he dicho al principio, no pienso resignarme.
Suelo decir que escribo para mi y que me importan poco las dinámicas esas, propias de los blogueros, de rankear comentarios o seguidores, de competir por premios etc. Todo eso no me importa absolutamente nada, pero al mismo tiempo no olvido que en cualquier momento, en esta actividad, puede surgir un encuentro que genere si no una amistad en el sentido profundo de la palabra, sí, un contacto estrecho, empático y afectuoso. Este es el caso.
Su afinado comentario, era algo que esperaba. Lo echaré de menos.
Su afinado comentario, era algo que esperaba. Lo echaré de menos.
En su última entrada pone el cerrojo. Ya no permite añadir comentarios. Sabe que serían dolorosos y los evita.
Por si por inmensa casualidad, pudiera leer esto le diría: Juan L.Trujillo, jamás digas nunca jamás.
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Uf. Cuando un bloguero toma decisiones así es como si una parte de cada uno de los restantes fallara, ¿no crees? Has hecho bien en comentar esta entrada tuya.
ResponEliminaCada vez cuesta más encontrar blogs que valgan la pena. Creo que también influye que bastantes han optado por cacarear en las redes sociales (Facebook especialmente).
EliminaPues vengo del blog de Alfred porque me gustó mucho el comentario que le hiciste. Y me encuentro este post tan triste. Solo puedo decir que que no recuerdo haberme cruzado con el por esto de los blogs, pero sin duda es una perdida. Un gran post el de su despedida.
ResponEliminaSaludos
Me enteré por ti (ya sabes que ando ausente) y me produjo una gran tristeza. No llevo demasiado tiempo conociéndolo (me hubiera gustado que hubiera sido mucho más) pero su despedida, inesperada, me ha dejado un vacío. Creo que es una de las personas, y por eso le admiro tanto, que escribía en su blog sin pretender nada más. Me refiero a lo mismo que expresas tan bien en tu entrada:de rankear comentarios o seguidores, de competir por premios etc....
ResponEliminaSiento que se haya ido y siento no haberme podido despedir en su última entrada. Solo espero que le vaya muy bien en su decisión y que sea feliz.
Como bien dices, hay personas con las que surge algo especial y ese es su caso. Una gran persona, para mí.
Gracias por tu entrada, Ricard.
Y gracias por todo.
Un abrazo.
lo estan matando al pobre
ResponEliminaNo entiendo bien a qué pueda responder este comentario suyo. La persona mencionada no tiene nada de pobre, ni económica ni mental o intelectualmente pobre. Nadie lo está matando; muy al contrario, este post, así como otros que hay, solo manifiestan el aprecio que se le tiene.
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