Kenko en el siglo XXI: Presentación


Nace una nueva sección en este blog. Tiene (tendrá) su acceso directo desde la barra lateral, en uno de los widgets . La etiqueta (tag, #, carpeta, clasificación o como acostumbres a llamarlo), se denomina okanuh-kenko y se estrena con esta presentación que estás leyendo. 
Las entradas siempre tendrán un título semejante: Kenkō en el siglo XXI: Escrito num...


 En medio del ocio, en este océano de paz, paso los días inclinado sobre el tintero, tratando de recoger en el papel las descabelladas ocurrencias que cruzan por mi mente. Yo mismo me he quedado sorprendido de tantos desatinos. 

 

Qué sensación tan extraña y demencial me da cuando me doy cuenta de que he pasado días enteros ante esta piedra de entintar, sin nada mejor que hacer, anotando al azar cualquier pensamiento sin sentido que se me haya pasado por la cabeza.

 

Yoshida Kenkō es algo más que un escritor clásico japonés. Para mí, es un mensajero procedente del pasado que imprime en sus escritos ese aire fresco que no consigue esconder la profundidad de su pensamiento. Cuando lees sus letras, descubres ese sabor oriental y antiguo en la forma, pero también, la intemporalidad de su fondo. Me atrae su forma desordenada de escribir. Su falta de pretensiones, que comparto. Su facilidad por sacar provecho de las ocurrencias y de esos destellos súbitos que él diligentemente apuntaba en cientos de papeles que inundaban su cabaña.
Yoshida nació en una familia acomodada. Era hijo de un funcionario del gobierno. Hijo obediente y estudioso en su infancia y adolescencia, floreció hasta convertirse en un hombre importante dentro del Palacio Imperial.
Sin embargo, en un momento indeterminado de su juventud tardía, algo ocurrió. Una epifanía, un desengaño amoroso, una desavenencia entre funcionarios… no se sabe. El caso es que nuestro personaje, lo abandonó todo y se instaló en una cabaña en el bosque para vivir una vida alejada de todo lo que hasta entonces le rodeaba. 
Sus notas desordenadas, guardadas en cajones, colgadas en las paredes y de forma despreocupada y desordenada, recogían todo aquello que le inquietaba, todo aquello que movía su curiosidad o que le motivaba preguntas.
Y resultó que todo ese desorden, cristalizó en publicaciones que con el tiempo originaron una corriente de influencia en la literatura y el pensamiento del Japón.

Creo, sinceramente, que la pretensión de llevar aquellas expresiones, aquellas inquietudes, aquellas preguntas de los principios del siglo XIV hasta nuestros días y reencarnarlos en nuestra época, raya la insolencia.
Me basaré, en un primer estadio,  en su libro Tsurezuregusa, traducido y titulado al español como Pensamientos al Vuelo. Luego, si no me queman en la hoguera, posiblemente aboorde otros autores japoneses.
Posiblemente solo encontraré dispensa, en el hecho de que este ejercicio, no tiene afán alguno, ni de notoriedad, menos aún de lucro. No se trata pues de plagio alguno. Es solo una simple y humilde interpretación personal y un traslado hasta nuestro tiempo. También quiero mencionar que en esto, solo hay -como se dice ahora- buen rollo,  buena voluntad, amor por la cultura japonesa y un abrazo para todos aquell@s que me ofreceis el privilegio de observaros varar en esta playa, de vez en cuando. 
Creo entender que Kenkō  sabría perdonarme, allá donde estuviere, si estuviere en algún allá.
Mañana veremos el primer escrito. El número 1

   


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