5/4/24

En voz alta (y sin gritar)

¡Su cambio; muchas gracias!


Vaya por delante mi deseo de manifestar el máximo respeto por ellos y por lo que hacen. Participo en sus espacios y no tengo absolutamente nada que criticarles. Y precisamente porque soy partícipe, me parece entender la necesidad de esos espacios de desahogo. 
Nos rodea una sociedad y por extensión una civilización, cargada de problemas y que se mueve bajo la amenaza de una guerra que, en rigor, quizás no se pueda llamar «mundial» pero por lo menos continental, sin duda.
El planeta parece un catálogo de conflictos. Enciendes tu televisor o la radio y no tardarás ni media hora en tener que soportar la cháchara conflictiva. Desde Puigdemont hasta Xi Jinping, desde Feijóo hasta Putin, pasando por Ebrahim Raisi, Netanyahu, Kim Jong-un, y sin olvidar la amenaza en ciernes del rubio loco Trump.
Hay que tener información. Hay que tener consciencia social del momento. Hay que tener opinión… y por eso hay que agradecer a los que en este espacio (blogs) aportan su grano de arena, cuchara de cemento o un ladrillo, en aras de recordar y tener presente el aroma del momento actual. Sea bueno o malo.

Este que escribe, es demasiado racional y visceral al tiempo. No sirve para eso. Pasa por el lado y siempre teme hacer demasiado ruido. Seguiré intentando ofrecer un espacio, donde sin olvidar el grano inflamado, no apretarlo e inundarlo todo de pus. Y al tiempo, ofrecer un espacio amable, con contenidos menos ásperos y ese poquito de miel que nos ofrecen «las otras noticias», el arte, la ciencia, y en definitiva todo el calor que desprende la hoguera y no solo su fuego.
Disculpadme por esta pretensión. 
Que tengáis un buen fin de semana. 
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