5/9/23

Invasores

Tengo mis dudas sobre si estas especies de emigrantes no humanos puedan ser adjetivadas de invasoras. Así las llaman, especialmente en los medios, siempre a la búsqueda de titulares.

Responde a esa antigua idea de lo extranjero, alieno, extraño. Pero lo cierto es que este planeta es redondo, casi esférico, y no hay adentros o afueras posibles, más allá de esas líneas artificiales creadas por el hombre y reflejadas en los mapas. Para esto, totalmente ineficientes. ¿Vamos a ser lo suficientemente estúpidos como para pretender que los animales y las plantas, respeten esas líneas?

Ni los emigrantes humanos, ni los irracionales, son invasores. Ni lo son por capricho. Sus comportamientos son el resultado de los procesos evolutivos. Si un ser vivo, tiene hambre o sed, siente la pulsión de desplazarse hasta donde encuentra sus alimentos indispensables con la mayor facilidad posible. Es igual si se trata de una avispa asiática, un hongo, un mamífero, un crustáceo, un alga o un ciudadano de Sierra Leona. Todos responden a su pulsión evolutiva. Cuando su entorno se vuelve hostil, busca otro que no lo sea tanto. 

¿Es esto, un fenómeno nuevo? 
Por supuesto que no. Es tan antiguo como la historia de la vida en el planeta. Es posible que nunca como ahora, los mal llamados invasores, han tenido tanta facilidad por cambiar de entorno o extender sus zonas de influencia. Solo cabe recordar que —por poner un ejemplo— por cada barco que viajaba desde la costa oriental del Mediterráneo, hasta las occidentales en el siglo primero antes de Cristo, hoy lo hacen unos 78.000 mil aproximadamente. Suma los aviones, camiones y vehículos particulares moviéndose a lo largo y ancho del planeta.

¿Tiene algo que ver el cambio climático?
Yo diría que tiene que ver todos los cambios climáticos. No hace falta poner el énfasis en si son consecuencia de la actividad humana o son causas naturales cíclicas, o bien causas geológicas, vulcanología, etc. No poner el énfasis, pero no olvidar tampoco que cuando las causas son acumulativas, las consecuencias desastrosas suelen multiplicarse.

¿Podemos hacer algo?
Por supuesto, tratar de informarse y según con qué especies, ser muy precavido. Una picadura de la avispa asiática (foto) tiene muy poco que ver con la de la avispa común. Precauciones y qué hacer.
Podemos hacer poco, más allá de controlar, desviar, tratar de evitar. En definitiva gestionar. En Catalunya se ha puesto en marcha una red de alerta. Ignoro si en otros lugares, se han tomado iniciativas semejantes o mejores. Espero que sí. Y sobre todo, quiero añadir mi particular valoración sobre este asunto:

Cuanto más pequeño, más peligroso.

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