Si fuera creyente, diría que gracias a Dios no soy animal político, pero lo dejaré en «afortunadamente» lo cual me parece más franco (franco con minúscula, que viene bien para el tema)
El FEN, libro de triste recuerdo y que vemos en las fotos, en sus ediciones de 1952 y 1958, era tan vomitivo que sesenta años después, aún recuerdo el olor de aquellas hojas de papel que contenían fotos de José Ortiz Echagüe. Había más ediciones y estaba dividido en cursos que nos acompañaban, a la par que sucedían los correspondientes del bachillerato. Todo, en aquellas tristes escuelas de las épocas del Franco, poco franco. En mi caso, alumno de un colegio marista*, esa «asignatura» no la daba un hermano, sino un tipo del régimen que era falangista y estaba también enchufado en el Gobierno Civil. Le recuerdo como si lo hubiera visto esta mañana. Vestido con traje gris oscuro, camisa azul y corbata negra. Por supuesto, esa asignatura la aprobaba el 100% del alumnado. Total...
Los contenidos de ese libro eran más fantasiosos que el Antiguo Testamento y ofrecía entre otras linduras, una historia de España llena de héroes cuyas proezas serían materia para un guion de película del género gore. Ojo! historia que muchos aunque creen como auténtica.
El recuerdo de aquellas clases tiene un sabor metálico, ácido y repugnante que no sé por qué razón mi mente asocia al mal sabor de boca que dejan los medicamentos oncológicos. Es un sabor puramente mental y que también se repite cuando oigo las barbaridades en boca de esa gentuza que niegan obviedades por simple fanatismo político.
Como he dicho, no soy animal político y a pesar de ello, mi ignorancia no es suficiente como para no ver el momento transcendente que esta sociedad está transitando. Resulta que aquella esperanzadora expresión de otro tiempo: Los brotes verdes, como pequeña metáfora de un retorno de buena economía, ahora son otro tipo de brotes verdes: Las ortigas de VOX.
Este verano, además de caluroso, será «caliente», pero me temo que el otoño y el invierno, serán un horno.
* Donde también me tocaron el culo, aunque poco. Seguramente era demasiado arisco para el Hmno. Marcelino
Fotos obtenidas de la web de iberlibro.com
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