Primera imagen de la Historia de la Fotografía. Nicephore Niepce (1826) |
La fotografía ya no es notaria de nada. Ya no demuestra nada. Ya nunca más se podrá decir aquello del «estuviste allí, porque se te ve en la foto»
La imagen, y los profesionales que la nutren, son una de las más notables dianas sobre la que la Inteligencia Artificial ha empezado a disparar. A partir de estos primeros disparos que indudablemente han conseguido impactar en el centro, la credibilidad del mundo gráfico, ya nunca más será la misma.
Las principales víctimas son, por un lado, los documentalistas y por otro los creativos de las artes gráficas publicitarias.
Estando como está en pañales, la IA ya es capaz de construir imágenes cuya artificialidad es indetectable en un 99,9%. No quiero imaginar como será, dentro de pocos años.
¿Cuáles serán, a partir de ahora, los criterios a seguir para certificar la veracidad y rigor informativo de una fotografía de prensa? Sea esta, amarilla, bélica o del género que sea.
Por otro lado: ¿Quién pagará a partir de ahora a un diseñador para que construya una marca, logotipo o firma? ¿Cuántas obras de estilo Miró o Picaso es capaz de generar en una tarde un robot inteligente?
Ahora, solo se necesita alimentar de los datos necesarios, a los algoritmos capaces de generar esos contenidos gráficos. Algoritmos que además también tienen la capacidad de informar cuáles son los datos que le harían falta o desechar los que no le sirven para nada, evitando así errores posibles.
Pero, en mi caso, ya antes del boom de la IA, empecé a pensar que este ya no era mi baile. Ya no reconozco a la orquesta, la música no me gusta y las chicas, como poco… parecen peligrosas. No es mi baile. Me cambié de salón para bailar huyendo de la realidad y usar la fotografía como soporte de imágenes recreadas, falseadas y modificadas. Ahora veo que no estaba desacertado. Si hay una inteligencia artificial manipuladora, yo bien puedo utilizar la mía —poca o mucha— pero natural como una alcachofa, para modificar sin intención manipuladora.
¡Cómo me alegro de haber sido profesional en tiempos pretéritos y no ahora!
¡Cómo me alegro de haber sido profesional en tiempos pretéritos y no ahora!
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