Marc Herren Photography Hace algo más de cuatro décadas, aprendí que abrazar árboles, es muy relajante e inclusive, muy energizante. Durante este tiempo, he visto gente mofándose del asunto, pero también he visto gente muy sorprendida. Personas especialmente sensibles, afirman que al situar el oído en la corteza, llegan a sentir la circulación de la savia. Yo, no llego a tanto, pero sí, confirmo que es muy relajante y energizante. Tuve una pareja, Montse, (que los dioses le conserven los dientes), muy dada a lo sobrenatural, y que era totalmente incapaz. Decía que el árbol le chupaba la energía. Bueno; teniendo en cuenta que su deporte favorito era llevar la contraria a toda la humanidad, lo mejor que hice, fue no pensar, no decir, no hacer nada. Marta, en cambio, afirmaba que abrazar a los árboles, la ponía cachonda; claro que a Marta (que los dioses le conserven el culo), no era muy difícil -que digamos- de "tonificar" |
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