Dedicado a mi bloguera favorita. Ella sabe quien es.
Para que borre de su mente toda frustración. Al fin y al cabo, aquellos que nos hemos dedicado a cualquier expresión artística, sea como aficionados o como profesionales, hemos tenido que aprender a vivir con ella, gestionarla y usarla para crecer.
Su blog es azul, muy azul. Y ella da rienda suelta a su creatividad e imaginación, jugando con las palabras en más de un sentido: El de la forma y el del fondo.
Como dijo uno de mis fotógrafos referentes, Ansel Adams, un maestro para mi :
Benditos aquellos que se empeñan en ser originales en ellos mismos, sin buscar la aceptación de nadie, convirtiéndose así en únicos e irrepetibles.
Permitidme utilizar este post para dedicarle una canción que, hace ahora casi cincuenta y cinco años, cantaba por los pueblos de mis cercanías, en las fiestas mayores o en el baile dominical en aquel grupo que se llamaba IV Dinastía. Entonces estaba convencido de que el amor era azul; aunque luego descubrí que yo era daltónico y claro no acerté nunca. Lástima!
Para un blog azul, una canción azul.
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