La máquina del tiempo nos lleva hoy al Berlín del verano de 1945, poco después de la rendición alemana.
Efectivamente, posiblemente algunas de estas tomas fueron coincidentes con las explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki.
Y a pesar de esas explosiones, décadas después podemos contemplar, con alguna que otra dosis de indiferencia, aquel paisaje de destrucción en una de las ciudades más castigadas de la segunda gran guerra. Seguramente porque estamos más afectados por la actualidad y con ella, la terrible realidad de la destrucción en la guerra que sigue en Ucrania.
No puedo dejar de pensar, si nuestros hijos y nietos, dentro de unas décadas, podrán contemplar videos como el que sigue, de la destrucción de Mariúpol. Y lo digo porque si aquellas dos explosiones facilitaron un carpetazo final a la Guerra del Pacífico, todo hace suponer que nuevas explosiones como aquellas, hoy, darían el carpetazo a la civilización entera.
Efectivamente, posiblemente algunas de estas tomas fueron coincidentes con las explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki.
Y a pesar de esas explosiones, décadas después podemos contemplar, con alguna que otra dosis de indiferencia, aquel paisaje de destrucción en una de las ciudades más castigadas de la segunda gran guerra. Seguramente porque estamos más afectados por la actualidad y con ella, la terrible realidad de la destrucción en la guerra que sigue en Ucrania.
No puedo dejar de pensar, si nuestros hijos y nietos, dentro de unas décadas, podrán contemplar videos como el que sigue, de la destrucción de Mariúpol. Y lo digo porque si aquellas dos explosiones facilitaron un carpetazo final a la Guerra del Pacífico, todo hace suponer que nuevas explosiones como aquellas, hoy, darían el carpetazo a la civilización entera.
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