Hoy he recibido el regalo que tan amablemente me ha destinado el amigo Juan L. Trujillo.
Dudo que haya alguien de los que aparecéis por este cesto de dislates que es mi blog, que no conozcáis a Juan.
Pocas veces he podido ver un manejo de la palabra tan rico y al mismo tiempo tan "de la tierra" como el suyo. Confieso que muchas veces, al leerle, he tenido que recurrir al diccionario. Su sensibilidad poética, sus granitos de añoranza y su enorme pasión por el mar, la mar o lo mar, siguen haciéndolo cercano. Él que es un senior de seniors, es un maestro de la vida y sus clases las imparte entre las líneas de sus poemas. Una mente hermosa y vibrante en un cuerpo algo gastado, seguramente bien usado.
Mi expresión es torpe como para poder explicar la admiración que le profeso.
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