Me pregunto si los seres humanos en general, tenemos la percepción clara de cuando se despertó en nosotros eso que llaman el uso de razón.
Dicen que el uso de razón es la capacidad para pensar y juzgar que las personas adquieren naturalmente tras la primera etapa de la niñez. Muchas veces utilizamos aquella frase —Lo recuerdo desde que tengo uso de razón—
Parece que esa facultad o capacidad se va formando en la mente de los niños y niñas hasta que llega un momento, generalmente entre los 7 y los 9 años en que ya forma parte de la consciencia de los mismos. Se dice que a partir de ese alcance, dejan de tener lo que los psicólogos llaman "pensamiento mágico" para pasar a tener "pensamiento lógico". Entonces ya son capaces de razonar sobre sus actos y discernir desde la lógica lo que está bien y lo que está mal.
No es casual que en las diferentes culturas y religiones, esa edad coincida con ritos iniciáticos, como podría ser, por poner un ejemplo cercano, la Primera Comunión en la Fe Católica.
No es casual que en las diferentes culturas y religiones, esa edad coincida con ritos iniciáticos, como podría ser, por poner un ejemplo cercano, la Primera Comunión en la Fe Católica.
El Colegio Marista, estaba exclusivamente dedicado a la enseñanza anterior al Bachillerato con lo cual la franja de edad del alumnado iba desde lo 5 ó 6 hasta los 10 años. Eran pocas aulas y un claustro de profesores (todos hermanos maristas) poco numeroso. El acceso al patio de recreo era por una escalera que bajaba varios niveles. En la parte inferior, una bifurcación. Hacia un lado el patio, hacia el otro una entrada que llevaba a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Una entrada oscura, húmeda y con olor a medieval, si es que lo medieval tiene olor que en ese caso sin duda será rancio.
Él tenia la costumbre de aprovechar cuando la clase bajaba al recreo en fila de a dos, para empujar o patear a los que estaban delante de él. Creo que no llevaba intención de hacer daño, solo era el gamberreo de un niño que quería divertirse. En ocasiones esas maldades provocaban risas y en otras eran correspondidas con alguna patada en el trasero procedente de los que estaban detrás. Seguramente era aquello del "donde las dan las toman" Era parte del juego.
Yo creo que entonces, nuestro protagonista debía tener los siete años cumplidos. Aquel día bajaban como de costumbre y el pie más diestro, que en realidad era el izquierdo, impactó en el hueso sacro de la victima. No se escuchó ningún grito; solo un ay! contenido. La víctima se dio la vuelta y fijo su mirada sobre nuestro amigo. Fue solo un instante, pero provocó algo en el interior de aquel gamberrete. Siguieron bajando y al llegar al patio, pudo ver como el dolorido muchacho se sentaba a parte en un banco cerca de los retretes. Nuestro amigo estaba desconcertado y tardó un buen rato en tener el valor para acercarse. Se sentó a su lado y después de unos momentos se dirigió al dolorido chaval:
Él tenia la costumbre de aprovechar cuando la clase bajaba al recreo en fila de a dos, para empujar o patear a los que estaban delante de él. Creo que no llevaba intención de hacer daño, solo era el gamberreo de un niño que quería divertirse. En ocasiones esas maldades provocaban risas y en otras eran correspondidas con alguna patada en el trasero procedente de los que estaban detrás. Seguramente era aquello del "donde las dan las toman" Era parte del juego.
Yo creo que entonces, nuestro protagonista debía tener los siete años cumplidos. Aquel día bajaban como de costumbre y el pie más diestro, que en realidad era el izquierdo, impactó en el hueso sacro de la victima. No se escuchó ningún grito; solo un ay! contenido. La víctima se dio la vuelta y fijo su mirada sobre nuestro amigo. Fue solo un instante, pero provocó algo en el interior de aquel gamberrete. Siguieron bajando y al llegar al patio, pudo ver como el dolorido muchacho se sentaba a parte en un banco cerca de los retretes. Nuestro amigo estaba desconcertado y tardó un buen rato en tener el valor para acercarse. Se sentó a su lado y después de unos momentos se dirigió al dolorido chaval:
—Perdona, no quería hacerte daño— le dijo y extendiendo su mano le ofreció tres de sus canicas azules que tenía preparadas para jugar.
Aproximadamente sesenta y cinco años después, recuerda con más o menos detalle el episodio, pero la mirada del compañero al darse la vuelta, tras la patada, no la podrá olvidar nunca. Fue el motivo de un despertar que tiene mucho de humano.
Hay quien se empeña en insistir en que uso de razón, sentido común y el "seny" son la misma cosa. Creo que no; sobre todo el sentido común a diferencia del uso de razón, en demasiadas personas no se despierta en la vida. Pena.
Aproximadamente sesenta y cinco años después, recuerda con más o menos detalle el episodio, pero la mirada del compañero al darse la vuelta, tras la patada, no la podrá olvidar nunca. Fue el motivo de un despertar que tiene mucho de humano.
Hay quien se empeña en insistir en que uso de razón, sentido común y el "seny" son la misma cosa. Creo que no; sobre todo el sentido común a diferencia del uso de razón, en demasiadas personas no se despierta en la vida. Pena.
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