9/6/22

Mira, tu mira esto

Eugene Smith. Retrato de su ayudante Ishikawa Takeshi

Cuando empecé mi actividad profesional como fotógrafo, era muy consciente de que tenía mucho que aprender. Y eso, se traducía en un afán por saber, en un tiempo en que los estudios oficiales para esa profesión eran prácticamente inexistentes y por supuesto, los que había me resultaban inasequibles. Lo que por aquel entonces sabía, era el fruto de revistas especializadas, algún libro, y sobre todo muchas horas de eso tan conocido del "ensayo y error" y vuelta a empezar. 
Posiblemente fuera esa la causa de tener una obsesión enfermiza por conocer los fotógrafos de reconocimiento internacional y saber de ellos era, para mi, tan importante como las técnicas de laboratorio, la iluminación y los modos de toma de imagen. 
Creo recordar que ya por aquel entonces (1978) conocí la obra y supe de William Eugene Smith. Y era un fotógrafo del cual solíamos conversar con frecuencia mi buen amigo Luis (otro apasionado de la fotografía que lamentablemente ya falleció). 
Recuerdo muy especialmente las largas discusiones sobre la imagen del Baño de Tomoko, de la serie "Minamata" 


El baño de Tomoko (W.E.Smith. 1972)

Discutíamos las fotografías en general y en ésta,  sobre el hecho de que en nuestros prejuicios, fruto de opiniones populares poco fundamentadas, nos parecía mal (la ignorancia es muy atrevida) que fuera una imagen muy alejada de lo que se llama "instantánea". Es decir era una imagen  en la que el autor, su compañera Ayleen y su ayudante el fotógrafo japonés Ishikawa Takeshi, habían planificado y preparado. Desde la escena, hasta la luz y los protagonistas de la foto que posan, no hay nada confiando a la improvisación y la espontaneidad. 
La fotografía se tomó en el humilde hogar de la niña afectada Tomoko, mientras su madre Ryoko la baña. Tomoko nació deforme por la cantidad de mercurio que asimiló en su estado fetal. Aunque no estoy muy seguro, creo que en la foto tenía ocho o nueve años y vivió toda su vida (hasta los 21) con intensos dolores y una total inmovilidad. 
Fueron esas discusiones  con el añorado amigo Luis, los que incluso motivaron viajes a Barcelona y a Perpignan en busca de revistas que sabíamos hablaban de Smith y que no podíamos encontrar en nuestra ciudad.  Sabíamos que anteriormente había sido  reportero de guerra y entendimos que en ese proceder, abandonando la instantaneidad del reportero había mucho "oficio" y todo un acierto en la preparación de la foto 

La perdición de Eugene Smith era el alcohol que no logró superar ni con el amor de Ayleen con la que se casó. Finalmente la bebida propició su muerte por accidente vascular cerebral.
Su sensibilidad era muy especial  y su facilidad por perfeccionar lo que veía por el visor de su cámara, la forma en que ordenaba los elementos dentro del rectángulo era sobresaliente. 
Siempre me impresionó su declaración de como sentía la fotografía que plasmó en la pared de su cuarto oscuro para que la tuvieran bien presente Ayleen y su ayudante. 


Mi traducción no es la de un buen conocedor del inglés, pero creo que no estará muy lejos de lo correcto. Dice:


Mis fotografías,  muy suavemente dicen..
Mira, tú mira esto y escucha…
Mira, tú mira esto y piensa…
Mira, tú mira esto y reacciona…
Y lo haces.
No porque te haya obligado a ello,
sino porque has reaccionado.
Mis fotografías, te urgen,
y te hacen, suavemente, pensar y sentir.
Esta es mi esperanza para ellas.


Se ha realizado una película sobre los episodios de Minamata y el fotógrafo.
Te la recomiendo


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