Los llamamos Pilares de la Creación. Un nombre muy evocador para nubes de gas y polvo de unas dimensiones gigantescas (4 años/luz aprox.) y a una distancia de nosotros no menos espectacular (7000 años/luz aprox.). Este horno donde se cuecen estrellas está muy cercano a la Nebulosa del Águila, también conocido como Messier 16 o M16.
Estas nubes sufren la erosión que ocasiona la radiación de las mismas estrellas a las que da origen y acabaran deshaciéndose en miles de millones de años, con lo que podríamos usar una imagen poco agradable de "fetos (las estrellas) comiéndose la placenta (las nubes)" para entender el proceso. Por eso algunos astrónomos hablan de "Pilares de la Destrucción"
Me gusta filosofar sobre la forma en que se manifiestan las estrellas. Su nacimiento motiva destrucción. Son dadoras de vida pero al mismo tiempo destructoras y finalmente mueren colapsando sobre ellas mismas por el agotamiento del hidrógeno que las forma. Son la perfecta imagen de como existen los cuerpos en el cosmos: nacen, viven, mueren y su esencia se dispersa y/o se convierte en otra cosa. No reaparecen, no son cíclicas ni tienen una existencia circular. Eso, lo dejamos en exclusiva para las imaginaciones humanas que se consuelan con la posibilidad del renacer.
Como dice un amigo, Napoleón y Cleopatra se pondrían a llorar si supieran en que se han reencarnado, cuando observasen la cantidad de crédulos que piensan que fueron esos personajes o semejantes, en otra vida anterior.
Qué interesante. No había oído mencionar eso de pilares de la destrucción. Acaso sujeción y destrucción se deben mutuamente. La vida en la Tierra conlleva su acabamiento, para cualquier especie e incluso la erosión geológica es algo parecido pero en la Tierra. Es maravilloso entender mínimamente esto, mientras duramos.
ResponEliminaRelacionar vida terrícola con el comportamiento del universo no es descabellado.