Quizás sea inevitable considerar que en los hechos y eventos de esta semana, el que destaca es el que tuvo lugar el martes día 12.
Las Españas celebraban una fiesta elevada al rango de nacional: El Día de la Hispanidad.
Un maravilloso día en el que se da rienda suelta al orgullo hispano. Me recuerda un poco a las manifestaciones del Dia del Orgullo Gay, con desfiles, banderas a saco, la cabra legionaria y un paraca, que esta vez no se ha pegado un leñazo con ninguna farola. Alabado sea Dios!
No me voy a meter con el tema manido y gastado del genocidio aunque solo hay que ver como se evita hablar de "La Conquista" como se hacía antes y en su lugar se intenta convencer del maravilloso hecho de haber dotados a aquellos "salvajes" de un idioma y una religión y acercarlos e incorporarlos a sangre u fuego a la Cristiandad y a la Hispanidad, que todo bien nacido sabe que son prácticamente condiciones imprescindibles para ir al cielo y sentarse cerca de la diestra o siniestra, eso ya según color político, del trono del Padre.
De algún modo me siento algo redimido de esa culpa conquistadora. La estamos pagando con creces. Lo noto esencialmente cuando paseando por las calles veo abundancia de esos restaurantes "tex-mex" a los que solo puedes ir inconscientemente. ¿Se os ocurre otra forma de venganza más refinada?
Después de una comida, peor aún si es una cena, puedes convertirte por un tiempo indeterminado en un asiduo asistente al Templo del Trono de la Mierda y las Aguas Sucias, porque habrás sido "iniciado" en una especie de "ritual diarreico de patas abajo" y la consagración del "devuelve lo que has comido (sin olvidar el Guacamole)" Cada vez estoy más convencido de que esta es la venganza de Moctezuma y sus aztecas.
La venganza de los incas tampoco es menor. Ellos delegaron el encargo a los peruanos y estos, sin pensarlo demasiado, nos enviaron a un "chupoptero camaleónico, que se vende al que más le conviene, metomentodo profesional y bocazas incontenible". Ese que dice que más importante que votar en libertad, es votar bien: Mario Vargas Llosas
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Hace tiempo decidí no tomarme en serio nada de esto. Ni siquiera me acuerdo a veces si hay fiesta o no hay. De pronto este año me di cuenta de que el tráfico era nulo y entonces puse en el tocadiscos una canción de mi añorado Brassens. Aquella
ResponElimina" En mi pueblo sin pretensión
Tengo mala reputación,
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal... etc.",
Creo que es mejor mirar hacia el futuro y dejarse de "glorias" pasadas.
EliminaEs lo mejor que se puede hacer.
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