Entre 1932 y 1938, en el yacimiento de Ilsenhöhle, en Ranis (Turingia, Alemania) se hallaron herramientas de piedra vinculadas a un periodo cultural de transición entre el Paleolítico medio y el Paleolítico superior conocido como Lincombiano-Ranisiano-Jerzmanowskiano (LRJ). Este tecnocomplejo se ha encontrado también por otros sitios del centro y noroeste de Europa, con distintas dataciones entre 44 y 41 ka. Aunque esta cultura se venía asociando (con dificultades) a la especie Homo neanderthalensis, basándose en su antigüedad, un nuevo trabajo ha resuelto muchas dudas a partir de los resultados de una nueva excavación en Ilsenhöhle que tuvo lugar entre 2016 y 2022.
Mediante tres publicaciones, se analizan nuevas herramientas del LRJ, junto con restos óseos de reno, bisonte, rinoceronte lanudo, oso de las cavernas, hiena, glotón, zorro ártico, lobo y glotón, y un total de 13 fragmentos humanos, incluidos algunos de la excavación 1932-38. A partir del ADN mitocondrial recuperado de 11 fragmentos (7 de la excavación 1932-38 y 4 de la 2016-22), se ha conseguido determinar que estos restos son de H. sapiens. La datación molecular del material genético resulta entre 49-41 ka, consistente con la datación por radiocarbono de 47-42 ka de las capas sedimentarias de donde proceden. El material genético también ha permitido relacionar a este grupo con el individuo sapiens de Zlatý kůň (República Checa), de unos 45 ka, que por cierto tiene un 3% de rastro neandertal en su genoma (no se reporta rastro neandertal en los restos de Ranis).
El estudio paleoclimático ha obtenido unas estimaciones de temperatura de entre 7 y 15º C menores que en la actualidad, correspondientes a condiciones subárticas en aquel momento de declinación térmica que tuvo lugar desde hace 48 ka hasta un mínimo en 45-43 ka. Aquellos grupos pioneros de humanos modernos se adaptaron al frío y a un paisaje de estepa y tundra, pero usaban la cueva de Ranis de forma breve e intermitente, compitiendo con hienas y osos por los recursos faunísticos del lugar. Esta brevedad del uso de la cueva contrasta con la presencia más prolongada e intensiva en la cueva de Bacho Kiro (Bulgaria) aproximadamente en la misma época.
En definitiva, unos estudios fascinantes, que se unen a otras evidencias de presencia sorprendentemente temprana de H. sapiens en Europa occidental, algunas aproximadamente contemporáneas con Ranis (Bacho Kiro, Zlatý kůň, Grotta del Cavallo, Kent’s Cavern, Oase…) y otras más antiguas aún (Grotte Mandrin, hace 54 ka, y las posibilidades de Bañolas hace 45-66 ka y de Apidima hace 211 ka).
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