Un faro en Tule

Amanece en Tule -  ©noxeus


Padre, quisiera que me escuchara en confesión.

—Dime, hijo mio. ¿Cuales caminos te están apartando de Dios?

Verá... más que caminos, yo creo que hablaríamos de una autopista

—No te preocupes; Dios es infinitamente misericordioso. Sin duda te concederá el perdón.

Tengo mis dudas, reverendo padre, pero confío en lo que usted me dice. 

—Sí hombre, sí, verás como sí. Tranquilízate y con la ayuda del Espíritu Santo, todo irá bien. Cuéntame.

Pues lo que tengo que contarle es que he pecado de pensamiento, omisión, luego de obra y claro, también de conclusión. Mire: Fruto de mis malos pensamientos y peores acciones, he engendrado un monstruo que ha tomado la forma de un blog. 
Irreverente, poco apto para creyentes y malsano a más no poder, se mete con todo. Es cínico, ácido, cáustico, corrosivo, antiprofético, anticlerical, anti...todo. 

—Dios mio! por Santo Tomás. Pero ¿en qué estás pensando? Yo, no puedo concederte el perdón de la confesión. Debes rectificar. Rezaré por ti.

Hostia padre, ahora sí que me ha jodido. Pues nada, usted siga rezando por mí, que yo seguiré pensando por usted. Por cierto, si siente curiosidad, mi pecado vive en un faro  Venga cuando guste.


Publicar un comentario

Entrada més recent Entrada anterior