Okanuh y las puertas

No por repetida y sobre usada, es menos cierta aquella vieja sabiduría que dice que cuando una puerta se te cierra, otra se te abre en su lugar. Claro que también es inevitable el gracioso de turno que te contestará con alguna ocurrencia del tipo:
—"O una ventana, para que saltes desde el séptimo piso"

Hazme caso y no se lo hagas al gracioso. La vida es un rosario de oportunidades y hay que saber verlas. El requisito principal para conseguirlo es aceptar que esas oportunidades, no tienen necesariamente que coincidir con tus anhelos. 
Que no te pase por alto el anterior párrafo. Piensa que corres el riesgo de despreciar algo, por la simple y estúpida razón de que "no es el regalo que esperabas"
En ciertas tradiciones orientales se repite mucho la importancia del "aquí y ahora". Es una gran lección, pero muy incomprendida por nosotros los occidentales, tan dados a vivir "a toda leche" como si nos picara el culo, incapaces de sentarnos un momento a reflexionar, sobre la base de nuestra propia vivencia del momento. 
Aquí y ahora tienen bastante menos que ver con el espacio (aquí) y el tiempo (ahora) de lo que tienen que ver en estar centrado y atento. Escuchar la vida es todo un arte y créeme que no conozco nada más parlanchín que la propia vida. Si te estás fijando en otra cosa (un anhelo concreto; el regalo que deseas) será como tratar de escuchar una hermosa melodía con el ruido de una taladradora al lado. Imposible.
Un amigo muy querido, comentando sobre esto de puertas abiertas y cerradas, me decía que era muy importante saber porque se había cerrado la puerta y que era preferible que la otra, no se abriera hasta que no supieras bien la causa del cierre de la anterior.

Y como decía Edu, hace unos años atrás en televisión:

Hola, soy 🈺Okanuh, ¡feliz Navidad!
 


Publica un comentari a l'entrada

Més recent Anterior