¿Quién ha dicho que no... Será posible...?
¡Claro que celebro la fecha de la Navidad!
Es el aniversario de un hombre que cambió el mundo.
Un redentor que nos libró de muchas ignorancias.
En honor a la verdad, su 25 de diciembre es Juliano, pero ¿qué más da? Al fin y al cabo del otro, el palestino no sabemos su fecha. Solo la hemos atribuido a conveniencia.
Este no nació en Belén; lo hizo en Woolsthorpe-by-Colsterworth, Lincolnshire, Inglaterra. No tuvo burro ni buey y además nació prematuro y débil. Afortunadamente salió adelante.
Del palestino, dicen que nos libró del pecado original causado por el bocado que le dio Eva a una manzana.
De Isaac se cuenta que fue una manzana, la que al caerle en todo el centro de la cocorota, le iluminó e inspiró hasta llegar a plantear la ley de la gravedad. Me temo que ambas manzanas son leyenda.
Se llamaba (se llama) Isaac Newton y este año hubiera cumplido 381 años. Pero —maldita sea—no resucitó.
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