Nunca se sabe, quién te está escuchando (o leyendo). Y tampoco me lo va a decir este servicio de conteo de visitas que tengo en el blog. Pero no deja de ser curioso que este blog cagabandúrrico, sin importancia alguna, reciba estas visitas desde lugares tan lejanos. Esto nos ofrece, no una imagen de mi blog, sino de como funciona la blogosfera.
El servicio ofrece el número de la IP (aquí los he desvanecido y tachado) pero esto llega hasta aquí. Puedes incluso geolocalizar la IP, pero no te dirá calle y número del cliente (el visitante) sino que solo te informará del punto de conexión con la empresa que te ofrece el servicio (y eso incluso puede estar en una ciudad cercana).
Pero aun así, te ofrece una panorámica de la procedencia de las visitas al blog. Ya sabemos que se trata de visitas ocasionales, rebotes, etc. Por cierto, el sistema también informa de cuanto tiempo están conectados en la visitacon al blog.
¿Os imagináis que todos estuvieran comentando? —Por los dioses!, que agobio!
Y a mí, que soy un curioso patológico, me llama la atención el puntito que he destacado con una especie de piruleta verde. ¿Dónde leches es eso? ¿Ahí hay un servidor de Internet?
Por supuesto que yo no voy a estar investigando quienes puedan ser los visitantes, a no ser que surja algún «encontronazo», pero en el primer estadio, esta es la información que ofrece de cada puntito del mapa:
En el segundo estadio, ya te permite comprobar si esa IP figura en alguna lista negra por malas praxis, spam, etc. Esto es bastante más interesante. Y aquí lo dejo.
No está nada mal, ¿no?
No está nada mal, ¿no?
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