¿A quién no le gusta una historia? Las que leemos o escuchamos han sido elaboradas para que exista una secuencia, un hilo conductor que amarra las ideas y que les da fluidez y coherencia.
Pero en nuestro día a día eso no ocurre. Las cosas suceden con interrupciones, con saltos entre un hecho y otro. Sin embargo, a la hora de recordar y contárselas a otros, lo hacemos mejor si editamos los hechos para darles esa coherencia. Y el que lo hace en nuestro cerebro es el hipocampo, el que conecta hechos distantes, separados, en una narrativa única. Por eso los científicos lo han llamado “el contador de historias”.
Usando la Resonancia Magnética funcional (RMf), investigadores del Centro de Neurociencia de la Universidad de California, en Davis, rastrearon las imágenes del hipocampo de voluntarios mientras escuchaban y luego recordaban una serie de historias cortas.
Cada una de las historias, creadas para el estudio, presenta un protagonista y dos personajes a quienes les sucede algo. Fueron hechas de maneras diferentes: una con dos partes narrativas conectadas y otras con ellas sin conexión
Para una mejor comprensión, traemos un ejemplo de dos de las historias usadas en el experimento:
En una historia se cuenta que uno de los protagonistas se encuentra al azar con dos personajes, Ana y Juan, lo que le pasa también al protagonista de una historia subsecuente. En la historia de Ana, dos episodios separados describen una única experiencia amorosa vivida por ella. De Juan se cuenta, en cambio, en un primer episodio, que perdió una receta familiar y en un segundo que escapó de un problema financiero.
Lo siguiente fue comparar los patrones del hipocampo durante el aprendizaje y la recuperación de lo aprendido. Los investigadores encontraron que cuando se estaban recordando historias que formaban una narrativa coherente, el hipocampo activaba más información, conectando los sucesos. Se recordaron siempre mejor las historias que tenían coherencia narrativa.
Cuando se escucha de un segundo episodio, se vuelve sobre el primero y se fusionan los dos en un nuevo recuerdo. Así otras partes del cerebro estén involucradas en el procesamiento de la memoria, sería el hipocampo el que junta las piezas en el tiempo para formar recuerdos con una narrativa coherente.
Este trabajo es parte de una nueva era en la investigación de la memoria. En la neurociencia se estudiaban los procesos básicos basándose en piezas de información desconectadas, en tanto que la psicología ha estudiado cómo trabaja la memoria tomando sucesos de la vida real. Los dos campos están a punto de fusionarse.
Los resultados de estos estudios conjuntos beneficiarán no solo a la ciencia básica, sino que ayudarán a mejorar las pruebas clínicas de los estados tempranos de disminución de la memoria, bien sea por la edad o por haber sufrido algún daño cerebral.
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