28/10/23

Qué...?

 


Esta noche, a las 3 de la madrugada, no se te concederá una hora más de vida; ni siquiera una más de sueño, aunque puedes intentarlo. Lo único que ocurre es que los relojes deberán ser modificados (si no lo hacen automáticamente) para que señalen las 2 en vez de las 3. Eso es todo.

No intentes modificar tu reloj biológico. No funciona, ni dando vueltas a un destornillador metido en la oreja derecha, ni apretando el ombligo repetidas veces, ni conectando un cable USB tipo C en algún agujero de tu sufrido cuerpo. Nada. No hay modo. Ese prodigio biológico que se llama evolución (cuento chino para algunos iluminados) es algo que tiene poco previsto y consecuentemente necesita días o semanas para equilibrarse. Y en ocasiones «con cargo a la cuenta del sistema inmunitario». 
Así pues, paciencia y sobre todo, recalcar que no es preciso poner el despertador a las 3 para cambiar los relojes personales y de la casa. Se puede esperar a hacerlo al día siguiente. Por regla general no suele pasar nada. 
Al día siguiente podrás comprobar, no obstante, que la mayoría ha cumplido con esta liturgia. Eso sí,  los negacionistas seguirán siendo negacionistas incluso después del cambio y en Canarias seguirá siendo una hora menos y radio nacional de España lo seguirá recordando cuando suenen los «pitos de la hora». 

Ni todos los ciudadanos son iguales ante la ley, ni todos los domingos del año duran 24 horas.
O sea, todo muy bien y normal. ¡¡¡Felicitémonos; somos un gran país!!! 



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