No sé si vosotros también, pero yo me pregunto cuantas veces habré visto por televisión el morreo de Rubiales (manda huevos que le sigan llamando piquito a eso) y su más que grosero agarrón testicular. Especialmente en esa televisión catedral del oportunismo noticiero y su programa Al Rojo Vivo, donde ese patán llamado Farreras suelta de vez en cuando aquel mantra ridículo de "más periodismo". ¿Cuántas veces, 200, 300, 500?
Lo repiten en bucle, mientras anunciaban que la Fiscalía finalmente se querella contra Rubiales. Lo mismo TVE y como si se tratara de una procesión, todas las demás detrás. Solo os puedo decir que hoy, mientras daban la noticia, se me ha ocurrido contarlas: siete, siete veces en dos o tres minutos.
Lo repiten en bucle, mientras anunciaban que la Fiscalía finalmente se querella contra Rubiales. Lo mismo TVE y como si se tratara de una procesión, todas las demás detrás. Solo os puedo decir que hoy, mientras daban la noticia, se me ha ocurrido contarlas: siete, siete veces en dos o tres minutos.
Pero es tanta la porquería que se podría barrer que uno ya no tiene, ni mente, ni tiempo, para abarcar lo inabarcable. Puestos a preguntarse, también me pregunto que hay detrás de la intención de pasar desapercibida, de esa maniobra saudí de comprar un trocito de Telefónica. No sé, llamadme racista o lo que queráis, pero si veo un saudí, lo primero que hago es apoyar el culo contra una tapia; mejor si es un muro de hormigón. Y ya no te digo si el saudí es un tal Bin Salman...el amiguito de nuestros coronados. El que pretende limpiarse la mierda a base de talonarios y con la ayuda de algunos "pájarracos" que sin duda tienen más nombre que cerebro.
Y pensar, o preguntarse, (que para el caso es lo mismo; eso dice Okanuh) hacia donde nos lleva este pedazo de déspota, Kim Jong-un, que defiende que equipar su flota con armas atómicas es “una tarea urgente de estos tiempos” al tiempo que no para de darle palmaditas en la espalda al otro déspota de más al norte; su amigo Putin, el Hitler del siglo XXI.
Estrena su submarino, con capacidad nuclear y destinado a estrujar los cataplines de los japoneses, todo ello bajo la enigmática mirada/sonrisa de ese otro señor de los avernos, Xi Jinping, que de simpático solo tiene el nombre, que suena a campanilla. Estos tres sí que son un trío y no aquellos cagamandurrias de las Azores. Poca gracia.
Y mientras tanto, el cambio climático la crisis climática, está convirtiendo Grecia en un lodazal, cuando no, un horno abierto. Y es esa misma causa, la que hace parar partidos de tenis en el Open US.
Por cierto: ¡¡Aúpa Coco!!
Me ha quedado una ensalada apetitosa: Ahora le podemos poner un poco del aceite sobrante del patinazo de los universitarios de la Rioja, un poco de vinagre Feijóo, un buen pellizco de sal Puigdemont, una pizquita de sal de sanchismo (¿que será eso?) y con un poco de suerte brindamos con un poco de cava, catalán por supuesto.
Pero nosotros, a lo nuestro, a darle a la matraca con el tema de un mono calvo que se agarra las aceitunas.
Pero nosotros, a lo nuestro, a darle a la matraca con el tema de un mono calvo que se agarra las aceitunas.
Últimamente las sillas están muy solicitadas y discutidas. |
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