28/7/23

Expertos

Imagina que tienes que presentar a un científico que viene a ofrecer una conferencia sobre su materia de investigación y estudio.
Ahora imagina que se te ocurre decirle al auditorio que él es experto en...
Ahora trata de imaginar la cara que te estará poniendo. Con suerte soportará estoicamente la situación, pero indudablemente se sentirá incómodo. 

¿Sabes qué pasa, querido amigo?

—Ocurre que un científico se siente más cómodo haciéndose preguntas que no coleccionando respuestas. Él sabe que, por mucho que descubra, no ha alcanzado nada. Sabe que debe seguir y que si no surgen preguntas nuevas, algo falla en la anterior hipótesis; que quizás un sesgo está corrompiendo la línea de investigación.
Lamentablemente, confundimos con demasiada facilidad el científico, con el divulgador científico. Este último se acerca más a la idea de "experto". Pero ¡mucho ojo! Los divulgadores suelen ser supuestos expertos multidisciplinares. No se hace preguntas; tiene que demostrar que sabe. Siempre pendientes del último "paper" que se publica, pero no siempre interpretándolo bien. Sin embargo, en honor a la verdad,  hay que decir que hay y ha habido científicos con vocación divulgadora, Carl Sagan, puede ser un claro ejemplo. Pero en esta sopa de personajes, científicos-divulgadores-expertos, hay que tener cuidado con los expertos, porque son como los políticos del conocimiento. Venderán a su madre, por seguir siendo reconocidos como tales. Y por regla general, dejan la sopa demasiado salada. 

Con los divulgadores hay menos peligro, porque acaban contradiciéndose entre ellos.


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