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Prospectiva

Resulta más que evidente que en el año 2050 el que escribe, será poco más que un recuerdo y quizás ni siquiera eso. Pero no es algo que me preocupe. En realidad, tener 101 años no es algo que me resulte deseable, atrayente y fascinante. Si con 73 años a punto de 74, el cuerpo que me contiene ya me resulta incómodo, muchos algunos más, puede que sean tolerables, pero ir más allá, ya no "mola".
Pero esta línea de pensamiento siempre me lleva a preguntas:

¿Qué cosas no podré ver?
¿Cómo será la segunda mitad del siglo XXI…?

De las respuestas se encarga, entre otras, una disciplina científica que se llama Prospectiva. Y en esto, ni soy un experto ni nada que se le parezca, y lo que a continuación expondré, además de ser lo que más me interesa, supongo que se puede clasificar como aquello que está entre el dato y el deseo. Consecuentemente, para no parecer un astrólogo de poca monta, con cucurucho y bola de cristal añadida, empezaré cada nota con el "Es muy posible..."

Es posible que no tardemos en ver prótesis implantadas tras una amputación o deficiencias desde el nacimiento, por ejemplo, funcionando con movilidad mejorada y controlada por el propio cerebro del sujeto portador.

Turbina eólica volante.

Es posible, por muy controvertido que parezca aún hoy día, que no tardemos en abolir por completo las fuentes fósiles de energía y nos centremos en el desarrollo de las energías eólicas, marinas, solares y especialmente en el hidrógeno como fuente energética (al fin y al cabo es lo que hace el Sol).
En este sentido llama la atención la propuesta (actual) de fabricar turbinas eólicas volantes (foto).

Es muy posible que más allá del 2050, llevemos implantados en nuestro cuerpo dispositivos tecnológicos que sustituyan a cosas como las tarjetas de crédito, las pulseras o relojes cuantificadores, las llaves. El dinero parece condenado a desaparecer y pagaremos y abriremos nuestras puertas con nuestro cuerpo. 

Es muy posible que la medicina telemática (a distancia), finalmente alcance un desarrollo espectacular. Si bien hoy en día es motivo de desagrado y desconfianza, en un futuro no muy lejano sea confiable y con métodos estables y garantizables. Posiblemente, se consiga una conexión constante con sensores biomédicos implantados en enfermos crónicos y el sistema de salud.

Más que posible que en la segunda mitad de siglo, ya tengamos impresoras 3D que sean capaces de crear tejido orgánico, e incluso órganos completos. Máquinas capaces de implantar piel en quemados, sustituir huesos dañados y/o trasplantar órganos. Y en cierta relación con esto, la "fabricación" de alimentos que sustituyan a la carne animal, está a la vuelta de la esquina.
Hoy quiero dejar de lado; quizás para otra ocasión, la cuestión del clima global, los ciclos solares y la influencia humana en el campo del calentamiento.
Hoy, tampoco quiero referirme a los avances en ciencia de la biología molecular, genética, conocimiento astronómico, física cuántica y otros campos más que excitantes, pero quiero fijarme en interrogantes más antropológicos como:
¿Desarrollaremos una consciencia de especie?
¿Alcanzarán estas y otras tecnologías, la socialización deseable?
¿Superaremos los peligros de la globalización evolucionando hacia una, más deseable, planetización?
¿Será posible una unidad, respetando la diversidad?
¿Superaremos el feminismo para alcanzar una auténtica igualdad de géneros?
¿Será posible cuestionar el actual sistema democrático, que ha demostrado un más que evidente "desgaste" y alcanzar un escalón más evolucionado en el ordenamiento social?

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