23/5/23

La hipocresía rodea a una pelota

¿Yo también soy un negro de mierda?

La pregunta recurrente de estos últimos días:

¿Es España un país racista?

Y todo viene a cuento de un tipo que juega en un equipo de futbol en cuya plantilla hay un buen número de jugadores cuya piel es más oscura que el carbón de antracita. Y viene a cuento porque ese jugador, empieza a recibir insultos racistas, incluso ya antes de aparecer en el terreno de juego. Pero mi tú ¡qué casualidad! Resulta que el resto de la plantilla coloreada, no recibe el mismo trato ni por amago. 
¿Qué ocurre? 
Ocurre que lo realmente oscuro, no es la piel del susodicho, sino su carácter, su mensaje oral y corporal, su actitud chulesca, violenta y provocadora, su persistente utilización del engaño, su grosería, su altanería al hablar con los árbitros y un largo etcétera.
Creo que cualquiera que no esté fanatizado, por eso que llaman "los colores", "el escudo" y ame el deporte por sí, está al alcance de la objetividad del asunto y verá qué fenómeno es el que causa tanto rechazo hacia ese futbolista.

Supongo que no necesito explicar que no estoy a favor de los insultos, pero la objetividad me hace distinguir entre hijo de puta y negro de mierda. Y aunque estoy bastante convencido de que desde la visceralidad del momento en el campo y las expresiones orquestadas en otro lugar y momento, también hay diferencias, no puedo olvidarme de que estamos bastante cargados de racismo. 
Y es que entre ser racista y no serlo, hay un Sahara de espacio. Muchos matices, muchas intensidades. 
Pero el racismo es de suficiente calado como para tener que reconocer que incluso lo sufrimos entre nosotros. No hay una raza gallega, vasca o catalana, pero todos conocemos y  hemos oído, por ejemplo, el puto catalán de mierda o parecidos. 

Generalizar, casi siempre, es inducir al error. Ni todos los catalanes tienen un escorpión en el bolsillo, ni todos los argentinos son psicoanalistas, ni por supuesto todos los españoles son racistas, pero nadie puede negar que sea por nuestra historia, sea por otra causa, el caso es que seguimos con el "moro de mierda en la boca". Dicho de otro modo:
No sería correcto decir que España es racista, pero claro, eso no impide que el tufillo del prejuicio racial, inunde el ambiente.

En cuanto al futbol. Una frase para resumir lo que pienso:

El futbol vive en gran porcentaje alimentado por la polémica. Muchos tipos de polémicas que los medios se ocupan de avivar constantemente, porque también para ellos es un gran banco de alimento.

A partir de ahí, verás crecer melones en la Luna.





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