4/12/22

Una tradición entre amigos

 Todo esto empezó con Jordi hace más de una década. Lamentablemente, él nos dejó en setiembre de 2017, pero esta costumbre, de algún modo, lo mantiene presente en nuestra emoción. Hacer turrones para nuestras familias. Turrones artesanales. La elaboración requiere bastante paciencia. Preparar el chocolate con su "templado" subiendo y bajando y volviendo a subir temperaturas, para que brille o acompañándolo de sustancias aromáticas y de sabor (naturales, por supuesto) y algún licor.
Esto nos tiene ocupados estos días.

Os presento a Noxeus, un gordito, pelón y barbiblanco 
entusiasmado con los primeros moldes rellenados.


En el proceso, tienen muy mala pinta hasta que no están sellados con
una lámina de chocolate templada para que presente ese brillo
tan bonito y característico.
Son "trufados" de coco y naranja, con añadidos de licores
como Cointreau y Malibú, según el caso.

Joan sufrió un ictus hace ocho años y pasó de correr 30 km.
cada día a moverse muy limitado.
Pero lo que no es limitado es su carácter dinámico
que nos está dando ejemplo a todos.
Aquí está preparando los moldes con almendras y avellanas
que recubriremos de "Praliné de almendra o avellana más chocolate"

Está acercándose el momento de trasladar las piezas para dejar sitio
a otras que deben secarse a temperatura normal, más bien baja.


Y seguimos. La mañana de hoy lunes, descanso. Por la tarde, preparación de las cajas envoltorio. 
Mañana envasado, etiquetado y la elaboración del único turrón que no lleva chocolate: El de mazapán con crema quemada por encima. 
Total serán unos 150 turrones, totalmente artesanos, con productos de primerísima calidad que repartiremos entre nuestros familiares. Y así sigue la vida.


Albert y Roser, hermanos, dos auténticas
"máquinas" aficionados a la repostería.







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