Estas alineaciones planetarias no ocurren muy a menudo y en tiempos pretéritos los "espabilaos con cucurucho" sacaban tajada.
—Majestad, es el momento de emprender la batalla. Los dioses nos favorecen.
Y muchas veces acertaban; no porque los planetas estuvieran de coreografía, sino porque ¿Quién se pone a guerrear si no es para ganar?
Claro que en ocasiones, la cosa se torcía y perdían la batalla. Entonces el astrólogo, llamaba al obispo (nooo! bruto, por teléfono noo...! Le mandaba un cuervo) y montaban la comedia de que el fracaso se debía al número excesivo de fornicadores y sodomitas que había en el ejercito. Esto solía funcionar porque ya sabemos que el sexo, le tiene el seso comido al Sr. Dios.
Y si eso, por mala suerte (es decir, falta de credibilidad del obispo) no convencía a su majestad, la terrenal, entonces el órgano pensante del astrólogo era tajantemente (de tajo) separado del resto de la estructura corporal, a veces con cucurucho y otras sin él.
Y si eso, por mala suerte (es decir, falta de credibilidad del obispo) no convencía a su majestad, la terrenal, entonces el órgano pensante del astrólogo era tajantemente (de tajo) separado del resto de la estructura corporal, a veces con cucurucho y otras sin él.
Bueno, cuentos a parte, aún puedes ver la alineación, eso si, al final de la noche, antes de que salga el sol y por supuesto sin esta verticalidad tan atractiva de casi 90º en relación con el horizonte. Desde nuestros lares, verás este trenecillo planetario mucho más tumbado hacia la derecha. Busca entre el Este y Sudoeste.
Créditos de imagen y derechos de autor: Prasun Agrawal
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