Las redes sociales han traído una potente innovación a nuestra sociedad. Pero durante demasiado tiempo han podido evolucionar literalmente con un solo objetivo: maximizar sus beneficios, aunque eso significara radicalizar a nuestra sociedad, deslegitimar la ciencia o un aumento de la depresión entre adolescentes.
Ahora, gracias a esta regulación,
que algunos han calificado como una nueva constitución para Internet, podemos exigir un futuro donde la tecnología se defina en torno a valores comunes y la protección de nuestros derechos humanos fundamentales, en vez de a la explotación de nuestras debilidades.
Además, con tanta desilusión en torno a la política, esta regulación ha mostrado la mejor cara de Europa. Casi todas las exigencias de la ciudadanía, los expertos y la sociedad civil han acabado en el texto de alguna manera, incluyendo:
- Desintoxicar el algoritmo – Hacer que las plataformas se responsabilicen del daño causado a nuestra sociedad, como con la difusión viral de desinformación peligrosa
- Grandes sanciones – Enfrentarse a multas de hasta el 6% de sus ingresos mundiales. Sí, aquí estamos hablando de miles de millones de dólares si no arreglan sus sistemas
- Abrir la caja negra – Permitir a auditores independientes, investigadores y sociedad civil analizar sus actos y destapar sus irregularidades
- Detener los anuncios derivados de la vigilancia – Prohibir la explotación de datos de niños y niñas, y de nuestras creencias políticas o nuestra orientación sexual, para dirigirnos anuncios
¡Súmate a nuestra celebración retuiteando aquí o compartiendo en Facebook aquí!Avaaz ha estado más de cuatro años al frente de las presiones públicas para obligar a las plataformas de redes sociales a atajar los daños que causan. En
la UE y
EE.UU., pasando por
Brasil, hemos advertido de la desinformación y
su magnitud,
encargando encuestas sobre sus efectos perniciosos,
evaluando los esfuerzos de las plataformas para abordarla e
identificando sus fracasos. Nada de esto habría sido posible sin los miembros de Avaaz. Ha sido un enorme esfuerzo compartido. Pero ha merecido la pena. Y ahora estamos haciendo historia.
Con profundo entusiasmo y determinación,
Luca, Sarah, Christoph, Joana, Nadia, Andy, Rosie, Luana, Camille, Barbara, Sam y todo el equipo de Avaaz
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