3/1/22

An'ya

 778 palabras

अन्य (An'ya)
La primera vez que los vi, estaban a los pies de mi cama en la Unidad de Recuperación del Hospital donde me acababan de extirpar la mayor parte inferior del pulmón izquierdo; la língula y más allá. 
Supongo que la cirujana se aseguró de acabar con aquel tumor cuya malignidad era la que era, pero de la que nunca supe cuanta ni sus niveles de agresividad. El precoz diagnóstico y la rapidez de la intervención, me ahorraron mucho sufrimiento. Y dicho sea de paso, se vive soportablemente con un pulmón y un cuarto. Bueno... eso es cierto si evitas tener que resoplar por algún esfuerzo.
Pero volvamos a los personajes al pie de mi cama.
Que estaban presentes, para mi es un hecho incuestionable, por muchas veces que me digan que "son cosas de la anestesia".
Y es que aunque así fuera, nadie me convencerá de otra cosa sino de que las alucinaciones ocasionadas por los estados alterados de consciencia, son precisamente las puertas entreabiertas hacia otras realidades. 
En aquel estado, embutido de químicos hasta las orejas, enchufado a unos cuantos tubos y con algunas costillas dislocadas para la intervención y 37 grapas cerrando una herida que iba desde cerca de la columna hasta el costado izquierdo formando un precioso arco sin cuerda, con los músculos intercostales y el dorsal izquierdo remeneados y manipulados, ese, fue el momento en que aquellas dos entidades escogieron para presentarse. ¿Porqué? —No lo sé; ni idea.
¿Qué es lo que veía? —Veía dos túnicas negras que seguramente llegaban hasta los pies (la cama me impedía ver el final) y que remataban en la parte superior con una capucha que por la disposición de la luz impedía ver rostro alguno, si es que lo había. 
¿Qué hacían? —Absolutamente nada. Parecían tener los brazos caídos y cruzados dentro de esa túnica de la que tampoco puedo asegurar, tuviera algún tipo de cierre, atado o abrochado. Aunque no se escuchaba voz alguna, parecían conversar entre ellos puesto que giraban la cabeza para mirarse. En un momento me pareció ver que se apartaban para dejar espacio a alguien del equipo médico, pero al mismo tiempo era obvio que nadie detectaba su presencia.
¿Los veía solo yo? —Este es un punto muy interesante ya que pude darme cuenta que durante el tiempo en que estuvieron allí, yo solo los veía si entornaba los ojos, o incluso si los cerraba. Ese era el momento en el que los podía contemplar con más y mejor detalle, pero la escena me provocaba un cierto temor y  por eso  cerraba y abría los ojos constantemente.
En la situación en la que me encontraba, me resultaba (y aún ahora me resulta) difícil saber cuanto tiempo estuvieron conmigo. Puede que fueran minutos o quizás horas, no lo sé. Solo sé que se fueron juntos hacia mi derecha, que precisamente es donde estaba la puerta de aquella sala y por donde unas horas después apareció mi hija con su cara entre asustada y feliz. 

Solo puedo decir una cosa, por muy fantasiosa, infantil, boba o cualquier otro calificativo que se quiera darle: Desde entonces, cada vez que hago algún tipo de introspección, meditación, balance interior, ejercicio sofrológico etc. noto su presencia o si quieres suavizar esta afirmación, me acuerdo de ellos y coloco mi mente en algo así como un "modo receptivo".  Un modo receptivo que me recuerda al del perrito de mi hija cuando comemos y se pone bajo la mesa inmóvil, superconcentrado, esperando a ver si cae algún trocillo de lo que sea, a pesar de que mi hija nunca le da absolutamente nada mientras se está comiendo. 

Dos figuras, si. Pero tengo la impresión de que son dos caras de una moneda, entidades contrapuestas, posiblemente complementarias. 
Ahora con los años -ya han transcurrido diez, casi once desde el episodio- la dualidad se va desdibujando, al punto de que me atrevo a referirme a esto como la "presencia de An'ya". 
An'ya en nepalí significa "El Otro"

Y hasta aquí.
Al igual que aquel personaje de la historia, hago algo parecido con las creencias: Ni quito ni pongo rey; solo sirvo a mi señor. ¿Serán estos dos personajes unificados, una representación de la "sombra" de la cual habla la Psicología...? —Todo es posible. ¿Será este post, un puñetero cuento de la mente calenturienta de Noxeus? —Tienes todo el derecho de pensar aquello que tu creas acertado.

En cualquier caso, verás que algunos posts futuros llevarán el título de Mis conversaciones con An'ya.
Verdad o mentira, como se suele decir serán según el color del cristal con que se mira. Interpreta lo que quieras.

4 comentaris:

  1. Sea An'ya, El Otro, entonces como etiquetas "ficción o no", o lo siga siendo actualmente, nadie tiene derecho a afirmar o negar, su realidad. Tampoco yo, por supuesto. Mi respeto, total a lo que tu experimentaste o sentiste.
    Puedo afirmar que "algo o mejor Alguien", en ocasiones, se hace presente para hablar o mejor escuchar, porque al menos yo puedo ser consciente de mis palabras. ¿Son percibidas o escuchadas? Imposible de saberlo, al no estar "en el otro". Pero algo interior sucede. Luego hay una percepción de que no es ( ni se es) indiferente. ¿Presencia? Eso pienso, pero sin capucha, sin vestimenta especial. Tal vez a caso sea solo esencia, cercana. Sin miedo y con paz por mi parte.
    ¿Es posible? ¡No creo que se ficción!

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  2. Cada cual sabe lo que ve en situaciones especiales.

    Me has recordado esto:
    https://alfredcomermaprat.blogspot.com/2019/07/dama-negra.html

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    Respostes
    1. Me ha gustado el poema. La imagen tambien.

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    2. Gracias, creo que se ajustaba a lo comentado.
      Es una obra inquietante.

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