6/10/21

Licuación




Somos una sociedad líquida. 
Y como es bien sabido, un líquido no tiene forma propia; simplemente tiene la forma de aquello que lo contiene. 
Un líquido quizás no, pero una sociedad -incluso si es líquida- necesita saber que forma tiene aquello que la contiene. Necesita saber de que materiales está hecho ese contenedor, cual es su fuerza o su debilidad. 
Necesita saber si puede descansar sobre una base con el suficiente equilibrio o está contenida en una vasija inestable. 
¿Sabemos en que botella estamos metidos? ¿Es una botella de cristal o un cazo de tierra cocida? ¿Acaso se trata de un jarrón de fina porcelana?
No lo sabemos. Ni siquiera sabemos que no lo sabemos. Ni siquiera nos preocupa. 
Vivimos adormecidos y atontados, pasando horas frente a un televisor cuyas cadenas están perpetuamente controladas por el poder de turno. Ahí es donde nos ofrecen constantemente el espejismo que nos hace creer que estamos formando nuestra opinión política. ¿Seguro?
Pasamos horas hipnotizados con la mirada clavada en un dispositivo que nos dice qué es lo que tenemos que creer, lo que tenemos que comprar y ojo! porque últimamente ya se atreve a decirnos qué tenemos que votar. Además y por si fuera poco,  llega a la desfachatez de hacernos creer que tenemos centenares de "amigos". La ilusión del rebaño. Un dispositivo que usado sin cuidado, contiene una serie de fábricas de idiotas, también conocidas como redes sociales. 
Ese es el proceso de "licuación" 

Cuidado! porque la ciencia nos dice que el próximo estado de la materia, después del líquido, es el gaseoso.



Imagen de Arek Socha en Pixabay



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3 comentaris:

  1. Buena reflexión, sobre todo en la parte en la que anuncias nuestro paso al estado gaseoso :-)
    Un abrazo.

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    1. Si, gracias. Y no olvidemos que los gases en un contenedor "que apriete mucho" acaban explotando.

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  2. Tal vez el término líquido de hoy día sea algo análogo a lo del vivir alegre y confiados de otro tiempo. El problema es que las palabras son líquidas, los conceptos se ignoran en su dimensión y se quedan en superficiales, la perspectiva no existe, la confianza en la demagogia de redes sociales y politicastros es excesiva, en fin que siempre esperando que el otro o los otros. incluidos Estados y propietarios de tecnológicas que arrasan resuelvan la papeleta del individuo. Seremos imbéciles.

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